La guerra del streaming trasciende las fronteras estadounidenses

Lupin Sy -Netflix

En 2021, la mayoría de las plataformas de transmisión más populares vendrán de Estados Unidos. Como ha sido el caso durante años con el cine tradicional, Estados Unidos a través de Netflix, Disney + e incluso Amazon Prime Video dominan en gran medida el mercado de SVOD. Sin embargo, a diferencia del séptimo arte, donde la estrategia estadounidense es simplemente adaptar las producciones realizadas en los EE. UU. A varios mercados del mundo, el sector del streaming parece estar tomando una dirección completamente diferente.

Con el objetivo de atraer cada vez a más nuevos suscriptores, plataformas como Netflix llevan varios años intentando acercarse lo más posible a sus potenciales nuevos usuarios abandonando la estrategia básica. De hecho, Netflix, Amazon Prime Video, Disney + y muchos otros ya no se contentan con subtitular o doblar producciones estadounidenses, estas empresas invierten enormes sumas en producciones locales.

Producciones locales como solución

De esta forma, las plataformas logran atraer aún más suscriptores al ofrecer contenidos producidos en el país en cuestión, con el idioma oficial y los códigos culturales adecuados. Ya no estamos en la época de la americanización a través de los dibujos animados de Disney. Hasta la fecha, por ejemplo, Netflix ha asignado recientemente un presupuesto de 500 millones de dólares para producciones originales en Corea del Sur. En España, éxitos como Lupin, Marseille y recientemente Caïd, demuestran cuánto aprecian los usuarios las producciones locales. Por no hablar de las numerosas series de éxito que han visto la luz en España, como La Casa de Papel y Elite.

The Wall Street Journal explica que «El aumento de la producción en el extranjero está impulsando un auge histórico de nuevas películas y series de televisión en muchos idiomas diferentes, incluidos hindi, francés, portugués, alemán y polaco». Es decir, esta nueva estrategia liderada por estas plataformas de streaming permite reactivar una industria cinematográfica que a veces está perdiendo impulso en determinados países y, sobre todo, permite seguir dando empleo a miles de personas en este período de crisis sanitaria.